domingo, 1 de enero de 2012

ARROZ CON LECHE

Qué gran postre. Tradicional. Histórico. Me recuerda a mi infancia. Lo hacía y lo hace mi abuela Josefa que quita el sentío. A mi tía madrina Angelita también le queda de muerte.

Aquí va un postre que traslada. Es un auténtico flash-back. Es el secreto de las Amas de Casa de toda la vida. Es un plato que puede ser merienda, incluso, hoy día, perfecto para un Branch, como llaman los norteamericanos a ese tentempie entre su desayuno de las 7h/8h y su almuerzo de las 12h/13h.

Al cocinarlo sentimos la esencia de una historia, de una cultura transmitida en el calor del fogón del hogar. Se disfruta tanto cocinándolo, como saboreándolo.

Bueno, espero que lo disfrutéis, y que lo disfrutéis con vuestros hijos, sobrinos, ahijados, hijos de amigos y niñería en general. Y comedlo vosotros, mayores, y volvereis a la infancia a la primera cucharada. El efecto en boca es un eterno retorno al pasado. El mismo que sentirán tus hijos dentro de 30 años cuando lo cocinen con tus nietos. Dales este recuerdo imborrable.

Que siga rulando!!!

P.D.- Sacadlo en un cumpleaños y no quedará ni gota.

DIFICULTAD - PARECE CHUPAO, PERO TIENE SU AQUEL.

INGREDIENTES (4 personas)


1´5 l de leche.
200 grs de arroz.
100 grs de azúcar o 20 pastillitas de edulcorante.
1 palito de canela.
1/2 litro de agua.
Canela molida.
Corteza de medio limón.
Sal.

ELABORACIÓN

En una cazuela ponemos un litro de agua con un pellizco de sal. Lo llevamos a ebullición.




















Tenemos preparados los 200 gramos de arroz.



 Incorporamos los 200 gramos de arroz, y lo removemos sin parar durante 5 minutos.




















Mientras, en otro cazo, calentamos un litro de leche con la rama de canela y la corteza de medio limón.




Colamos el arroz y tiramos el agua.




















Volvemos a echar el arroz en la olla vacía e incorporamos la leche caliente con la canela y el limón.




No paramos de remover mientras lo llevamos a ebullición. Lo dejamos hervir cinco minutos, sin parar de remover lentamente y con cariño.




















 A la vez, calentamos el medio litro restante de leche en el otro cazito.




Cuando el arroz haya hervido los cinco minutos en la leche con la canela y el limón, añadimos el medio litro de leche caliente. Lo colamos para evitar incorporar nata.




















Lo dejamos cocer todo a fuego medio-bajo, sin parar de remover, mientras el arroz, poco a poco se va haciendo, va chupando la leche, va engordando.




En este punto toda tu cocina debe exhalar un embriagador aroma a canela y limón.




















Lo cocemos todo, lentamente, no paramos de remover, con lentitud y parsimonia. La leche sigue reduciendo y el arroz se va haciendo. Va apareciendo la textura final del plato.





Dos minutos antes de que el arroz esté en su punto...




Añadimos el azucar o edulcorante. Yo siempre utilizo edulcorante porque cocino este postre para mi mujer e hija Andrea, y las dos son diabéticas, así que, deben disfrutarlo igual, pero sin azúcar. Sale muy bueno igualmente, a ellas les encanta. Para el edulcorante uso unas veinte pastillitas y las machaco en el mortero para incorporarlas en polvo. Si echamos el azúcar junto al arroz, tarda mucho en cocinar. Es mejor echarlo justo antes de que el arroz esté en su punto, tarda una media hora menos.




















Echamos el azúcar, el arroz terminar de absorver la leche y queda untuoso, parecida a la textura de un arroz meloso o Risotto.




















Volcamos en cazuelitas de barro de presentación. Recuperamos la corteza de limón y la canela. Lo limpiamos y lo utilizamos para decorar las porciones individuales. Espolvoreamos con canela en polvo.




Lo dejamos enfriar en temperatura ambiente media hora. Luego lo metemos un par de horas en la nevera y listo para comer.




Cómo postre de comida o cena. Cómo merienda. Cómo Branch.

Un clásico básico. Que lo disfrutéis.

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